miércoles, 14 de octubre de 2009

A Don Carlos, el padre de Yerlin y Arelis

Sí Don Carlos, tiene usted razón, esos dos asesinos son unos pendejos, unos cobardes. Las ratas de caño llevan una vida más digna que esos desgraciados.
Cuando lo veo a usted hablar siento muchas cosas. Primero, una gran admiración por su valentía y entereza para enfrentar este trance tan amargo y doloroso que la vida le ha planteado; en segunda instancia, comparto todos sus sentimientos de ira, frustración, cólera, enojo e impotencia, y por supuesto que también lo entiendo. Hace siete meses la vida me premió con una hija maravillosa y preciosa, la cual de inmediato se convirtió en mi vida y mi razón de ser y existir, por eso no puedo ni siquiera imaginar que alguien me la haga algún daño. Que Dios no lo permita nunca.
Por cierto, Dios no deja cabos sueltos y en el caso de ustedes les dejó a una hija para que los acompañe y les infunda coraje y ganas de vivir, y se llevó a la otra a su lado, para que desde ahí, junto al Creador, ella los cuide y los guíe en su camino.
Que el señor traiga paz y serenidad a usted y su familia.

viernes, 2 de octubre de 2009

Gracias a la vida

Con esta canción de Violeta Parra inmortalizada en la imponente voz de Mercedes Sosa, hago un pequeño tributo a ésta última, quien hoy padece y se encuentra muy delicada. Además, como la vida es celebración, celebro este 10/02 junto Lance Armstrong, como el día en que fue diagnosticado con cáncer en los testículos, pulmones y cerebro. A partir de ahí, Lance emprendió un largo viaje que lo llevó de la desesperanza del diagnóstico más negativo a levantar los brazos siete veces consecutivas en los Campos Eliseos, hazaña nunca antes y posiblemente nunca más realizada por otro ser humano, gracias a su perseverancia y su convicción en LIVESTRONG.
Y por supuesto, celebro la vida de mi madre, quien como Lance, fue diagnosticada de cáncer, operada y hoy está, gracias a Dios, con nosotros porque ella también vive con fuerza. Mami, gracias por todo lo que nos has dado y enseñado siempre.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.Me dio dos luceros que, cuando los abro,perfecto distingo lo negro del blanco,y en el alto cielo su fondo estrelladoy en las multitudes el hombre que yo amo.Gracias a la vida que me ha dado tanto.Me ha dado el oído que, en todo su ancho,graba noche y día grillos y canarios;martillos, turbinas, ladridos, chubascos,y la voz tan tierna de mi bien amado.Gracias a la vida que me ha dado tanto.Me ha dado el sonido y el abecedario,con él las palabras que pienso y declaro:madre, amigo, hermano, y luz alumbrandola ruta del alma del que estoy amando.Gracias a la vida que me ha dado tanto.Me ha dado la marcha de mis pies cansados;con ellos anduve ciudades y charcos,playas y desiertos, montañas y llanos,y la casa tuya, tu calle y tu patio.Gracias a la vida que me ha dado tanto.Me dio el corazón que agita su marcocuando miro el fruto del cerebro humano;cuando miro el bueno tan lejos del malo,cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.Así yo distingo dicha de quebranto,los dos materiales que forman mi canto,y el canto de ustedes que es el mismo cantoy el canto de todos, que es mi propio canto.Gracias a la vida que me ha dado tanto.
(Violeta Parra)