jueves, 26 de enero de 2012

Veda de armas – una solución inadecuada a un problema inexistente.

Excelente comentario del señor Miguel Cifuentes, publicado por CANARA.

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Veda de armas – una solución inadecuada a un problema inexistente.

Escrito por Comentarista Invitado
Miércoles, 25 de Enero de 2012.

El pasado 12 de enero, en declaraciones al Diario La Extra, el Ministro de Seguridad Pública, Don Mario Zamora, presentó una más en una serie de irreflexivas medidas para controlar aún más las armas permitidas en el país.
Bajo el tenue argumento de “velar por la seguridad nacional”, la veda propuesta impediría que ciudadanos responsables y facultados legalmente para portar armas lo hicieran durante eventos públicos, como las tradicionales fiestas de Zapote y los festejos populares de Palmares.
El lector casual bien podría estar de acuerdo con esta desatinada propuesta. Al fin y al cabo, ¿quién en su sano juicio se opondría a una medida que “vela por la seguridad nacional”? Sin embargo, un análisis más cuidadoso nos revela varios problemas con la veda.
En primer lugar, es un hecho histórico comprobado que las vedas no surten el efecto deseado. Más bien tienen el efecto contrario. El evento mejor documentado en este sentido fue la prohibición a la manufactura, venta e importación de licor en los Estados Unidos de América, entre los años 1920 y 1930. Lo único que logró esa prohibición fue fomentar el surgimiento y fortalecimiento del crimen organizado. Aunque la veda fue eliminada en 1933, las organizaciones criminales permanecen fortalecidas hasta hoy.
El segundo problema con la veda propuesta es que sólo los ciudadanos responsables y apegados a la Ley, quienes ya de por sí han pasado por múltiples filtros de seguridad y dilatados y onerosos procesos administrativos para poder adquirir un arma, inscribirla y luego portarla con fiel apego de la ley, serán afectados por la veda. Se ha documentado que estos ciudadanos ejemplares son estadísticamente menos propensos a cometer delitos de cualquier tipo, incluida la violencia armada.
Los delincuentes, quienes por definición están fuera del marco regulatorio de la ley, en cambio no serán en nada afectados por la veda. Si son actualmente capaces de obtener armas automáticas de grueso calibre – ilegales de por sí y no permitidas para la población civil - ¿qué nos garantiza que van a obedecer una veda? Los delincuentes seguirán ignorando las disposiciones de la Ley y continuarán portando armas ilegales, con veda o sin ella.
El problema quizá más fundamental con la veda propuesta es que no viene a solucionar ningún problema. El Ministro Zamora la promueve para mantener la seguridad en eventos populares. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿Cuántas personas han sido abatidas por violencia armada en los últimos años durante los festejos populares de Zapote y Palmares, del resto del país? Más aún, y asumiendo que estos hechos han ocurrido (y sabemos que no es así), ¿cuántos de estos hechos violentos fueron cometidos por personas con armas legalmente inscritas y con permisos de portación al día?
Lo obvio salta a la vista: no hay razón de peso para fomentar una veda de armas, escudados en la supuesta prevención de delitos, que nunca han ocurrido. Además, los afectados directamente por la veda son quienes menos probabilidad tienen de cometer ilícitos.
El Ministro Zamora, a la sombra de organizaciones que promueven la paz y el desarme civil, esgrime razones de “seguridad nacional” y de “reducción de la violencia” para promover una veda de armas. Lo cierto, sin embargo, es que la justificación que usan ambos para avanzar su política de desarme popular es, en el mejor de los casos, una afanosa construcción de hechos no acaecidos, y en el peor de ellos, mal intencionada y peormente dirigida. La veda de armas es una solución inadecuada a un problema inexistente.

Miguel Cifuentes Jara

miércoles, 25 de enero de 2012

A Don Jorge Manuel Dengo

Gracias Don Jorge por su legado, es enorme y fructífero.
Afortunadamente, en su caso usted sí fue reconocido en vida, aunque me temo que todavía no hemos terminado de dimensionar su huella.
Es usted sin duda el ingeniero más prominente e importante que tuvo Costa Rica durante el siglo 20 y es la referencia, faro y fuente de inspiración para quienes hemos pasado y pasarán alguna vez por las aulas de las escuelas de ingeniería de este país.
Fortaleza para su familia y paz a su alma, porque la misión está cumplida.
Como fui enseñado que los homenajes son en vida, le recuerdo un par de artículos en los que lo mencioné y que fueron publicados en su momento por el periódico La Nación.
Gracias Don Jorge.

¿Quiénes son mis líderes?

y

El ICE y el TEC

viernes, 20 de enero de 2012

Derecho a Poseer y Portar Armas NO es una Concesión del Estado

Excelente artículo del señor David Jiménez, miembro de la Asociación Pro Defensa Civil y de la Seguridad Ciudadana, difundido hoy por CANARA.


Derecho a Poseer y Portar Armas NO es una Concesión del Estado.

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Escrito por Comentarista Invitado
Viernes, 20 de Enero de 2012.

Es preocupante el criterio carente de fundamento recientemente externado por funcionarios públicos en torno al derecho de poseer y portar armas por parte de los ciudadanos costarricenses. Confunden ellos, con aires de malsana oficialidad, entre un derecho y una concesión con el motivo último de confundir a la opinión pública.

En su afán de avanzar la política explícita de desarme de la población civil, confunden además entre bienes públicos (calles, parques, plazas y demás espacios públicos) y bienes de dominio privado. Éstos últimos están integrados por objetos, materiales susceptibles de valoración económica e inmaterial como los derechos, también los bienes muebles e inmuebles construidos o adquiridos de manera lícita, con fuentes económicas patrimoniales propias de la persona.Un arma propiedad de un ciudadano no puede ser clasificada de otra forma más que como un artículo bien mueble, de dominio público o privado según la fuente del recurso de adquisición y la propiedad del mismo. La posesión de dicha propiedad privada es protegida en el Artículo 45 de nuestra Constitución Política y respaldada por la libertad para adquirir, decidir y elegir sin ninguna limitación bienes patrimoniales que gozan los ciudadanos costarricenses en el libre ejercicio y goce de sus derechos y facultades.

El uso de estas propiedades, en el principio de inviolabilidad y defensa de la vida humana, respaldados en nuestra Constitución Política y el derecho natural de auto-defensa que poseemos todos los seres vivos.Aunque el Estado cuenta con la potestad soberana de imperio, otorgada por el Pueblo para administrar, controlar, regular y mantener un registro actualizado de las armas existentes en el país y de sus poseedores públicos y privados, todo bajo el marco legal, regulatorio y sancionatorio del estado de derecho, resulta improcedente que el estado pueda auto designarse la atribución de dar en concesión a los ciudadanos bienes que no le pertenecen y que no están bajo dominio público; son propiedad privada de las personas en el ejercicio de su libertad, uso y disposición. Mucho menos puede el Estado pretender concesionar la capacidad y la oportunidad al ciudadano de defender su vida, la de su familia y su patrimonio ante una agresión ilegítima.

El respeto a la libertad de los ciudadanos en su derecho a poseer armas, garantiza el equilibrio Democrático necesario entre los posibles excesos y abusos de poder de sus gobernantes y la potestad del pueblo de mantener el balance y control sobre el estado. Además asegura la posibilidad del pueblo de colaborar en la construcción y solidificación de un país más seguro.Las recientes declaraciones infundadas por parte de funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública van más allá de las atribuciones que razonablemente pueden ejercer los representantes del estado sobre las los ciudadanos libres de este país, al amparo del Artículo 11 de la Constitución Política. Elevamos por esto una protesta enérgica por semejante violación hacia los derechos ciudadanos y exigimos se corrija tal atrocidad.

Mejor sería que concentrara sus esfuerzos el Ejecutivo en controlar las armas ilegales, las verdaderas causantes de la violencia armada en el país, y no en erosionar las libertades y derechos de los ciudadanos respetuosos del ordenamiento jurídico imperante. El desarme de la población civil y los poseedores legales de armas permitidas por la Ley 7530 no resuelve en nada el problema de la inseguridad ciudadana.

Lic. David Jiménez Ramírez

miércoles, 11 de enero de 2012

Estar armado ¡SÍ ES UN DERECHO! y fundamental

Excelente artículo publicado hoy en www.ticovision.com

Estar armado ¡SÍ ES UN DERECHO! y fundamental

Cuando leo, escucho o veo lo que miembros de nuestro Ministerio de Seguridad argumenta para controlar el crimen, francamente no sé si reír, o ponerme a llorar de tristeza, por apreciar el infantilismo con que se quiere ocultar la incapacidad de poder combatir la delincuencia.

Sobre el control de armas, tanto nuestro Ministerio de Seguridad como algunos medios y otros que se autollaman “analistas”, siempre escogen la vía más fácil, “hay que prohibir la tenencia de armas de fuego” y se enfocan sobre la compra legal de armas por una población que cada día ve más la necesidad de hacerlo ante la impotencia de nuestras autoridades por defender nuestros hogares, así como defender nuestro tránsito por las calles y aceras sin que algún truhán nos apuñale o nos dispare para robarnos, tristemente y quizás, solamente un teléfono celular.

Ayer en conferencia de prensa, el Viceministro de Seguridad, licenciado Celso Gamboa Sánchez, se dio el lujo de afirmar que ''Estar armado NO es un derecho, es una concesión''.

Perdóneme don Celso, pero usted aparenta vivir en otro país, quizás en el de “Alicia”, o en alguna otra “utopía” donde todo sea “Peace and Love” (paz y amor), como manifestaba el movimiento Hippie de los sesentas.

El “DERECHO A LA VIDA” ¡es un derecho fundamental! don Celso y señores del Ministerio de Seguridad, no es ninguna “concesión”; es un derecho que traemos intrínsecamente desde nuestro nacimiento cuando ejercemos el “primer gran esfuerzo por defenderlo” en la lucha por atravesar la estrecha vagina de nuestras madres. Es un derecho que se ejerce desde que se conoce el origen del hombre en las cavernas, es un derecho que forma parte inclusive de un instinto humano, “el instinto de conservación”. Está contemplada además “su defensa” en el “Derecho Romano” del que se inundan nuestras leyes y en donde se contempla la “legítima defensa” sin importar los medios que nos veamos obligados a emplear para ejercer esa “legítima defensa”.

Las armas en poder de la delincuencia:

Las armas que se encuentran en poder de la delincuencia, don Celso, usted mejor que yo lo sabe y lo saben los miembros del Ministerio, ¡NO HAN SIDO COMPRADAS EN NINGUNA ARMERÍA NACIONAL! Los Kaláshnikov (AK-47), las pistolas Makarov, los fusiles automáticos AR-15 (M-16), no se importan por ninguna de nuestras armerías don Celso. Los AK-47 y las Makarov, nos vienen ilegalmente por la frontera norte, nos las pasan los nicas por el viejo paso de Sapoá, por nuestro puerto del Atlántico y algunos otros puntos que ustedes ya deben conocer (ello, con trasegadores nacionales). De este contrabando se han lucrado tanto Nicas como Ticos que están en ese negocio, y que son las personas a las que ustedes deben buscar, pues muchas de ellas (según algunas fuentes), tienen inclusive socios en la Fuerza Pública de los puestos lejanos que ustedes no supervisan a “como Dios manda”, y donde rige la “ley del más fuerte”. Otras de estas armas ilegales, nos las traen de Colombia los “capos y afines en nuestro país”. El resto don Celso, son armas hechizas con tubos de hierro galvanizado… y hasta tubos de PVC.

De “Legales a Ilegales”:

Ningún costarricense va a renunciar al “derecho sagrado de proteger su vida y la de sus familiares”. Si ustedes señores del Ministerio de Seguridad, en conjunto con nuestros legisladores, logran pasar una ley que impida a todo costarricense adquirir un arma para la defensa de su integridad física (vida) y de sus familias, lo que harán es convertir a gente decente, amante de la vida y de las buenas costumbres… en infractores de la ley, pues se verán obligados por un “derecho sagrado” a adquirir las armas también de manera ilegal, y no en una armería con completo control para los registros del Ministerio.

Supervisión de delegaciones policiales distantes:

Señores del Ministerio de Seguridad, empiecen por configurar un sistema de supervisión constante, sorpresiva y no programada, de los puestos policiales de las ciudades fronterizas, de las playas, de los mismos puestos fronterizos que son “UNA VERGÜENZA NACIONAL” y que explotan y espantan al turismo legal que viene a nuestro País, que contribuyen a la prostitución en las zonas, y que actúan como pequeños señores feudales donde reina la prepotencia y el autoritarismo divorciados de la “DEMOCRACIA” que tanto ostentamos.

Hagan un alto, por favor, a la campaña publicitaria para levantar la imagen de la Fuerza Publica que ha desatado el señor Mario Zamora desde que tomó el Ministerio. ¡Pongan los pies en la tierra!, la imagen de la policía se levanta con acciones que todos podamos palpar, sentir en nuestros pellejos, visualizar con nuestros propios ojos y no en papeles… pues el papel… “aguanta lo que le pongan”.


Nota:
En este momento tengo una denuncia ante “Asuntos Internos” de la Fuerza Pública por el trato prepotente de oficiales (masculinos y femeninos) de la delegación de Playas del Coco conocida como “delta 64”. A futuro, seguiré haciendo las denuncias pertinentes.

Por Julian Frech Ayub *

martes, 10 de enero de 2012

La paz tiene que acompañarse con la fuerza

Otro excelente artículo de Don Jaime Gutiérrez Góngora, publicado hoy en La Nación.
Lo comparto para que sigamos abriendo los ojos y no nos dejemos adormilar en un sueño utópico de una paz que solo sirve a los intereses de unos pocos.



La paz tiene que acompañarse con la fuerza

La idea de que la paz no existe es un concepto extraño para muchos costarricenses. Han sido indoctrinados a creer, no solo que la paz existe, sino que nos la debemos imponer a nosotros mismos aunque sea rindiéndonos ante agresiones no provocadas. Los burócratas de Naciones Unidas argumentarían que la paz se logra con el fin de un conflicto armado.

Pero esto tampoco es cierto porque puede no ser perdurable. Cuando terminó la Primera Guerra Mundial que causó la muerte de 35 millones de personas, el mundo entero celebró “la paz”. Pero el mariscal Foch discrepó. “Esto no es paz”, dijo, “es una tregua de 20 años”. Y casi exactamente 20 años después, estalló la Segunda Guerra que causó 55 millones de muertos. También se le llamó paz a la derrota de Hitler y de los militares japoneses. Pero dos años más tarde estalló la Guerra Fría que costó 100 millones de muertos. Y cuando se derrumbó el imperialismo soviético, filósofos e historiadores proclamaron no solo la paz sino el “fin de la historia” porque, una vez que los proletarios fueron derrotados, no había ya por qué pelear. Pero la paz no aparece. El mundo, de nuevo, se enfrenta a otra guerra mundial probablemente peor que las anteriores: la búsqueda del califato mundial por los militantes islámicos.

Darwin demostró que el homo sápiens evolucionó de formas más primitivas a través de un proceso que obliga a una interminable lucha por la sobrevida de las especies. Sobrevive el más apto y no el más pacífico.

Es la aceptación de que la paz no existe, lo que obliga al padre de familia que, no confiando en la protección del Estado, acude a “rejas”, conecta alarmas, sirenas, servicios privados de protección y compra perro.

Paz eterna. “Que descanse en paz”, es una ofrenda más realista: la paz que Dios nos ha prometido con el perdón de los pecados. La única paz perdurable es esa, la de los creyentes, y es mejor, porque es eterna.

La paz tampoco existe en la naturaleza. Los grandes terremotos y los sunamis son parte de una naturaleza destructora y amoral porque no discrimina entre buenos y malos, entre ricos y pobres, entre niños y viejos; son fuerzas genocidas que matan sin piedad a quienes se ponen en su camino. No hay paz en todo esto.

En el espacio tampoco existe la paz. La revista Science hace una década, mostró nubes de polvo conglutinándose en planetas aun cuando estrellas vecinas los bombardeaban con una destructiva luz ultravioleta. Si asumimos que la formación de planetas puede conducir a la formación de la vida, ¿por qué la “destructiva luz ultravioleta? ¿Cuál es el propósito de tanta violencia? La violencia y no la paz es el estado normal de todo el universo.

El concepto de paz en esta vida tiene sentido práctico solo si se define como la atenuación de la violencia que es el estado normal del planeta también.

El sosiego y la tranquilidad, aunque tampoco perduran, son metas menos elusivas que aspirar a “la paz”.

Historia. A través de la historia, el empleo de la fuerza ha evitado o atenuado la violencia. Hay muchos ejemplos. Cuando Hitler invadió Renanía con un pequeño destacamento militar, violó la Paz de Versalles. Francia contaba con 100 divisiones; contaba, de sobra, con la fuerza para haber terminado con él. Pero en nombre de la paz, acudió al falso recurso de una paz negociada en el marco de la Liga de las Naciones, y el mundo entero perdió la paz, y Francia casi pierde la guerra. La fuerza fomenta la paz cuando previene o atenúa la violencia.

Deben ser pocos los costarricenses que no se sintieron humillados e impotentes con lo que ocurrió en Calero. Debe, también, haber quedado claro para todos que ninguna instancia internacional va a proteger a este país y que de nada sirve una repetitiva y vergonzosa súplica de que “somos un país de paz”.

No habrá paz en Costa Rica hasta que contemos con una pequeña fuerza militar que disuada la agresión de maleantes, como Ortega o algún día el narcotráfico; similar a los comandos israelíes que liberaron a los rehenes en Entebbe o a los navy seals que ajusticiaron al terrorista bin-Laden.

JAIME GUTIÉRREZ GÓNGORA
MÉDICO