lunes, 22 de junio de 2015

Juan Carlos Hidalgo: TLC y déficit fiscal

Artículo publicado a Juan Carlos Hidalgo por el periódico la Nación.

La administración Solís, en su desesperación por culpar del déficit fiscal a otro factor que no sea el desaforado gasto público, ha encontrado un nuevo chivo expiatorio: los tratados de libre comercio. Según el ministro de Hacienda, Helio Fallas, los ingresos tributarios perdidos por la desgravación arancelaria de los TLC nunca se recuperaron y eso explica casi la mitad del actual faltante de recursos del Gobierno central, proyectado este año en un 5,7% del PIB.
Fallas dice que en 1974 los ingresos por aranceles equivalían al 3,5% del PIB y que, a raíz de los tratados de libre comercio, “han venido bajando, en caída libre” hasta un 1%. Extraña que el jerarca escoja 1974 como referencia cuando el primer TLC no entró en vigor hasta 21 años después. Lo correcto es utilizar 1994 como punto de comparación.
Según datos de Hacienda, ese año los ingresos por impuestos sobre importaciones representaban el 2,25% del PIB. A partir de 1995 dicho rubro disminuyó paulatinamente hasta 1999, cuando llegó al 0,84%. Desde entonces, lo recaudado por aranceles fluctuó relativamente poco, con una pequeña nueva baja a partir del 2009, y llegó a 0,63% en el 2014. De tal forma, la caída de los ingresos ha sido de 1,62 puntos porcentuales del PIB.
Es falso que estos recursos nunca se recuperaran. En 1994 los ingresos tributarios totales del Gobierno central equivalían al 11,6% del PIB y el año pasado fueron un 13,2%. Lo que se perdió por aranceles se compensó –y aumentó– con otros impuestos. El Gobierno recauda hoy más que antes de los TLC.
Tampoco puede responsabilizarse mayormente a estos acuerdos por la caída en los ingresos por aranceles. Después de México en 1995, los siguientes tratados no entraron en vigor hasta el 2002 (Chile y Canadá), cuando los impuestos sobre las importaciones ya representaban solo el 0,83% del PIB. Difícilmente, el TLC con México, de donde procede apenas un 6% de las importaciones, explique por sí solo la disminución.
Mas, probablemente, esta se deba a la desgravación en el marco de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, a los cuales nos incorporamos en diciembre de 1994. Y el señalamiento de Fallas no iba dirigido a la OMC, sino a los TLC específicamente.
Dice don Helio que se le cae la cara de vergüenza cuando tiene que explicar la situación fiscal a los organismos internacionales. Vergüenza debería sentir al hacer afirmaciones sin sustento, con la sola intención de darle mala fama a los TLC.
(*) Juan Carlos Hidalgo es analista sobre América Latina en el Cato Institute con sede en Washington. Cuenta con un BA en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional y una maestría en Comercio y Política Pública Internacional del George Mason University.

¿A quién protege la "protección" aguacatera?

Tomado del muro de Eli Feinzag.

Me dice mi amigo Mariano Villarreal que hace varios días está esperando mi opinión sobre el aguacate. Él siempre tan cabrón ;) provocándolo a uno, y uno más enredado que un ovillo de lana en manos de un gato. Pero aquí va un intento de sistematizar lo que pienso.
  • La potestad fitosanitaria. De acuerdo con la normativa legal vigente, el Estado tiene la obligación de velar por la salud de las personas (consumidores), y de los animales y las plantaciones que dan sustento económico a muchos productores.  Desde esa perspectiva, independientemente de que alguna gente no la comparta, las medidas fitosanitarias están plenamente justificadas… cuando se hacen de acuerdo a la normativa y siguiendo los procedimientos establecidos.  En la actualidad Costa Rica está en riesgo de perder acceso al mercado norteamericano para la piña y el chayote, porque ya en varias ocasiones han detectado las autoridades fitosanitarias de ese país embarques con presencia de plagas y enfermedades. Las autoridades gringas han emitido las advertencias del caso, siguiendo el debido proceso (http://bit.ly/1TGG80I).  En el caso del aguacate mexicano, no solo Costa Rica no ha detectado un solo aguacate mexicano con sunblotch, sino que Estados Unidos tampoco lo ha hecho, siendo que solo en las dos semanas previas al Super Bowl en enero del presente año, EUA importó más aguacate mexicano que Costa Rica en todo un año (http://bit.ly/1It72jM). Más aún, Estados Unidos ha hecho pruebas a más de 10 millones de aguacates mexicanos, sin encontrar un solo caso de contaminación por sunblotch. A pesar de lo anterior, el Servicio Fitosanitario del Estado costarricense (SFE) cerró las fronteras al aguacate mexicano sin previo aviso.

  • No me gusta que me mientan. El director del SFE, don Francisco Dall’Anese Álvarez – genio y figura como su padre – es un fiel discípulo de Goebbels, a quien se achaca la máxima aquella que dice algo como “miente, miente, algo quedará”. En una entrevista a página entera en La Nación (http://bit.ly/1Ga6JtQ), se dejó decir, entre otras cosas, que el viroide del sunblotch no era identificable antes del 2006, que no es sino hasta el 2009 que se concluye el estudio que determina que la base del sunblotch está en México, y que eso se justifica la medida de prohibir la importación de aguacate mexicano.  Sin embargo, mi amigo Eduardo Brenes se dio a la tarea de investigar esta afirmación, y en un magistral pero sencillo escrito (que pueden consultar aquí:http://on.fb.me/1NduKF3) demuestra que el sunblotch fue identificado por primera vez en 1928 en California, y que ya en 1994 se había identificado en Costa Rica, DOS AÑOS ANTES de que empezáramos a importar aguacate de México.

  • Uno más uno casi siempre es dos. Los dos puntos anteriores pintan un panorama muy claro: lo que mueve al SFE a tomar la medida contra el aguacate mexicano no es una genuina preocupación por una plaga que México tiene bajo control en sus zonas de exportación, y que de por sí no tiene ningún efecto nocivo sobre el consumidor. De acuerdo con la medida del SFE, todavía es posible importar aguacate de Perú, donde el sunblotch también existe (http://bit.ly/1GBpIjh).  

  • ¿A quién protege la protección? Si la preocupación no es por la plaga, como lo aquí expuesto demuestra, cabe preguntarse qué está detrás de la prohibición aguacatera.  Una posible explicación la podríamos encontrar en los ímpetus anti libre comercio que recorren los pasillos de este gobierno como fantasmas de caricatura (de los que se cubren con sábanas para que todo el mundo los pueda ver). La otra posibilidad sería preguntarse cuál finca de enormes proporciones produce aguacate en la zona de Los Santos y cuenta con un ángel de la guarda en una posición de influencia en el gobierno. Pero eso sería de malpensados. Usted me podría decir que si el aguacate se puede importar desde Perú, entonces no tiene sentido la sugerencia que acabo de hacer. La tiene si consideramos que los costos de importación desde Perú son significativamente mayores que desde México (http://bit.ly/1frMMbe), con lo cual la medida de prohibir la importación desde el mercado más cercano y permitirla desde uno más lejano es una interesante manera de establecer el equivalente de un arancel sin echar la pinta de oponerse al libre comercio. ¿Maquiavélico? Más que el propio Maestro.

  • ¿Hay escasez de aguacate? Con la opacidad que caracteriza al Estado costarricense, es realmente imposible determinar qué porcentaje del consumo nacional de aguacate es producido localmente, pero las cifras y referencias disponibles hablan de entre un 10% y un 25%. Hablo de aguacate en general, no de una variedad específica de aguacate. Quiere decir que el cierre de las importaciones mexicanas es capaz de producir un desabastecimiento temporal en el mercado, mientras los importadores desarrollan canales de comercialización en otros países desde donde todavía sí se puede importar aguacate. ¿Quiere esto decir que nos vamos a quedar sin aguacate? No. Es posible que un Ministro incauto pase por una rotonda y se encuentre a vendedor informal ofreciendo aguacates. Pero también es posible que en ciertos supermercados o pulperías el fruto escasee. Mucho depende de quién sea su proveedor.

  • ¿Es Subway relevante?  Sí, pero no por las razones que la mayoría de la gente se podría imaginar. Las cadenas internacionales como Subway o Walmart no pueden mandar a un empleadito sin nada mejor que hacer a comprar una bolsita de aguacates de a tres por mil en la esquina. Los protocolos de calidad – algo de lo que los costarricenses sabemos poco y apreciamos menos aún – los obligan a respetar sus canales de distribución probados y comprobados. Si ellos compraban sus aguacates en México, no pueden simplemente cambiar su fuente de guacamole de la noche a la mañana sin comprobar previamente la calidad del nuevo proveedor. Cadenas de valor y carajadas así que son difíciles de explicar a la persona promedio.

  • ¿Es Mauricio Herrera relevante?  Si, y probablemente mucho más de lo que usted piensa. Su actuación en este affaire no es digna de alguien en su posición, ni mucho menos de alguien que hizo carrera como periodista investigativo y obtuvo galardones y toda clase de reconocimientos por ello. Don Mauricio sabe que la presencia de aguacates en una esquina de la ciudad no demuestra que no hay escasez. Ha escogido manipular la información para cumplir propósitos que poco tienen que ver con revelar la verdad. No ahondaré más en la vergonzosa actuación del Ministro de Desinformación – otro aparente discípulo de Goebbels; Armando González ha escrito una magnífica columna en La Nación de hoy al respecto, cuya lectura recomiendo de manera entusiasta (http://bit.ly/1H3XejL). Solo me permito agregar que la actuación de don Mauricio Herrera presagia cosas peores, que ya hemos visto en otras latitudes por parte de funcionarios de gobiernos de similar inclinación ideológica. Un Ministro que usa su tiempo para andar de payaso dizque probando con imágenes gráficas un punto que él sabe que no prueba, y se presenta en las instalaciones de una empresa multinacional para dar el tiro de gracia de su show mediático de nacionalismo económico barato, no es un buen augurio.

  • Hass or ass. Una última disquisición. No soy un consumidor muy sofisticado para ciertas cosas. Deme una taza de café tostado en el Mercado Central con sangre de vaca para mejorarle el “cuerpo”, y otro de Tarrazú Reserva Especial tostado en Francia bajo la supervisión del más riguroso y sofisticado tostador del mundo, y no notaré la diferencia. Así las cosas, que me digan polo porque no se apreciar la delicadeza de las variedades criollas de aguacate me tiene sin cuidado.  El aguacate Hass no será muy glamuroso, pero es el que me gusta. Y a mi esposa, que es mexicana, también. Yo no le digo a mis amigos qué aguacate comer, bajo qué modelo de negocios desarrollar el menú de su restaurante, ni cuáles deben de ser sus preferencias en general. Menos se lo diría a un desconocido. Libertad de elegir, que llaman. Otra carajada de esas difíciles de explicar a la persona promedio.