martes, 28 de febrero de 2012

Israel bien podría hacerlo

Artículo escrito por el señor Javier Valenzuela y tomado de El País. altamente recomendado.

Israel bien podría hacerlo
¿Estallará la guerra este año? Netanyahu tiene listos los planes para atacar las instalaciones nucleares de los ayatolás en primavera. Entretanto, el Mosad prosigue su lucha secreta en Irán
JAVIER VALENZUELA 5 FEB 2012

A gente como Bibi Netanyahu, Moshe Yaalon y Ehud Barak hay que tomarla en serio cuando dice que va a por alguien. Tienen el gatillo fácil si piensan que la existencia misma de Israel está en peligro. Lo que, a pesar de que ese Estado tenga uno de los mejores ejércitos y uno de los mejores servicios de espionaje del mundo, y también unas cuantas bombas nucleares, ocurre con frecuencia. Ahora el trío dirigente del Gobierno israelí da a entender que atacará Irán en algún momento de los próximos meses para frenar el programa nuclear de los ayatolás, y, le guste o no, el resto del mundo debe incluir eso en sus previsiones para este nuevo annus horribilis. Israel bien podría hacerlo; otra cosa es que ya haya decidido hacerlo.

Obama y los europeos aún le ofrecen a Teherán una vía de escape. Pero sus líderes tienen la cabeza muy dura
El espionaje israelí, a veces disfrazado de CIA, ha reclutado como sicarios a opositores extremistas iraníes
Esta guerra -la próxima guerra, como se la conoce en medios políticos, militares y periodísticos- ha comenzado de hecho. Israel la libra en dos terrenos en los que sobresale: la propaganda y el espionaje. A rastras, Estados Unidos y la Unión Europea acaban de alistarse al decidir bloquear los negocios con el banco central de Irán y no comprar un solo barril de petróleo persa.

¿Iniciará Israel las hostilidades militares en la primavera o verano próximos? No es descartable por mucho que Obama intente impedirlo. Es incluso muy probable.

El de la próxima guerra no es un juego para almas cándidas. ¿Cuáles son los hechos y cuáles los bulos? ¿Quién va de farol y quién tiene una buena mano? ¿Es esto o aquello un globo sonda? Como en una novela de John Le Carré, verdades, mentiras y todo lo que hay en medio se suceden, se enredan, se reflejan, se hacen eco, y así van deformándose y haciéndose inextricables.

Lo seguro es que los gobernantes israelíes piensan que el programa nuclear iraní supone una "amenaza existencial" para su país. Lo seguro es que la ansiedad crece en buena parte de sus compatriotas. La República Islámica de Irán, que jamás ha reconocido la existencia del Estado judío, y muy en particular su actual presidente, Ahmadineyad, que repetidamente ha clamado por su destrucción, no son nada tranquilizadores.

También es seguro que Tsahal tiene listos los planes para un bombardeo aéreo de instalaciones iraníes. Y que, entretanto, el Mosad zancadillea ese programa nuclear con todos los medios a su alcance.

Con sabotaje de centros industriales, asesinatos de científicos y uso del virus informático Stuxnet, la fase secreta de la guerra contra Irán comenzó la pasada década, después de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel llegaran a la conclusión de que Irán tenía una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, a unos 250 kilómetros al sur de Teherán. Ni unos ni otros creyeron al régimen de los ayatolás cuando dijo que solo estaba interesado en el uso civil de la energía nuclear.

Era una desconfianza sensata. El Irán jomeinista tiene un montón de razones para querer hacerse con armas nucleares. Empezando por su voluntad de ser una potencia regional -voluntad enraizada tanto en el nacionalismo persa como en el islam chií- y terminando por su temor a ser víctima de una agresión bélica norteamericana y/o israelí, como ya lo fue en los años 1980 de una guerra impuesta por el Irak de Sadam. Precisamente, los ejemplos contrapuestos de Irak y de Corea del Norte le han llevado al convencimiento de que solo la verdadera posesión de armas de destrucción masiva puede librarle de un ataque exterior.

Por aquello de mantener la moral de la tropa, el régimen iraní atribuyó al principio a accidentes las explosiones que sacudían sus cuarteles y fábricas o reventaban los Peugeot de sus científicos. Hasta que, recientemente, admitió lo que todo el mundo sabía: esa epidemia, de la que era víctima todo lo relacionado con el programa nuclear, no podía ser otra cosa que el fruto de la acción de servicios de espionaje extranjeros.

Por su propia naturaleza, la guerra secreta es muy sucia. Y lo más sucio de esta son los asesinatos de científicos iraníes. Han ido cayendo Ardeshir Hosseinpour (2007), Masud Ali Mohammadi (2010), Majid Shahriari (2010), Dariush Rezaeinejad (julio de 2011) y Mostafa Ahmadi-Roshan (enero de 2012). El hoy director de la agencia atómica iraní, Fereydun Abbasi-Davani, fue gravemente herido en noviembre de 2010. Y el general Hassan Moghadam pereció en noviembre de 2011, en la explosión de un cuartel de los Guardias Revolucionarios.

El modus operandi en los asesinatos de la mayoría de científicos ha sido el siguiente: unos motociclistas se acercan al coche de su objetivo, le adosan una bomba magnética, aceleran para alejarse y no tarda en producirse una explosión. En el mismísimo Teherán.

Estados Unidos ha negado con vehemencia estar detrás de estas acciones. Su desmentido parece creíble y la práctica totalidad de los expertos las atribuye al Mosad. Como los agentes israelíes de la unidad Cesarea, la especializada en sabotaje y asesinato, no pueden actuar en Irán -ni aun disfrazándose de europeos, como sí hicieron en Dubai en 2011-, el Mosad ha reclutado a opositores extremistas iraníes de etnia kurda, religión suní (grupo Jundallah) o ideología ultraizquierdista (Muyahidin Jalq).

En ocasiones, el espionaje israelí ha utilizado para esta guerra sucia lo que en el mundo de los servicios secretos se llama false flag, falsa bandera. El pasado mes, la revista Foreing Policy informó de que agentes del Mosad se hicieron pasar por funcionarios de la CIA para reclutar como sicarios a terroristas del grupo Jundallah. Mark Perry, el autor de la información, contaba que esta operación se llevó a cabo a espaldas de la CIA y la Casa Blanca, que, cuando la descubrieron, aullaron de indignación.

Tamir Pardo, el nuevo jefe del Mosad, dirige ahora los actos de sabotaje y asesinato contra el programa nuclear iraní. Pero esta guerra secreta la había diseñado e iniciado su predecesor, Meir Dagan. A comienzos de 2011, el legendario spymaster Dagan fue cesado precisamente por su oposición a un ataque bélico contra Irán. Ya entonces, los gobernantes israelíes creían que la guerra secreta que llevaba a cabo el Mosad era necesaria, pero no suficiente. Y comenzaban a planear tanto una operación militar aérea contra instalaciones iraníes como la respuesta a las previsibles represalias.

Estos preparativos se han acelerado desde que, el pasado noviembre, la Agencia Internacional de la Energía Atómica certificó que el programa nuclear iraní tiene fines militares. Al Gobierno israelí le inquieta particularmente la nueva planta de enriquecimiento de uranio de Fordo, cerca de la ciudad sagrada chií de Qom, un auténtico búnker subterráneo excavado en una montaña y protegida por una fuerte defensa antiaérea. Ha llegado al convencimiento de que, dentro de un año, ya nada ni nadie podrá impedir que Irán se dote del arma nuclear.

En esta y otras materias de seguridad, Israel tiene suficientemente probado que no se anda con chiquitas. En 1981 sus cazabombarderos F-16 lanzaron un ataque sorpresa contra el reactor nuclear de Osirak, en el Irak de Sadam, y lo inutilizaron por completo. En 2007, esta vez con cazabombarderos F-15I Raam, volvió a actuar de esta guisa contra un reactor sirio en una zona desértica al oeste de Damasco.

Ahora bien, ¿tiene Israel recursos militares suficientes para repetir las jugadas de Irak y Siria en el actual Irán? En un reportaje muy documentado, el semanario norteamericano Time acaba de responder negativamente a esa pregunta: Israel no está en condiciones de infligir un daño irreparable al programa nuclear iraní.

Para empezar, el régimen iraní ha repartido ese programa entre numerosas instalaciones dispersadas a lo largo y ancho de ese amplio país (Irán, habitado por 80 millones de personas, tiene una extensión tres veces superior a España). Y las más importantes, las que albergan las centrifugadoras que enriquecen el uranio, están construidas bajo tierra, a profundidades que las hacen casi invulnerables.

Y luego están las limitaciones de la aviación israelí. Cuenta con F-15I Raam capaces de volar 2.500 kilómetros sin repostar, una autonomía suficiente para llegar a Irán (entre Tel Aviv y Teherán hay 1.600 kilómetros). Y con F-161 de escolta. Amén de una flota de aviones no tripulados (drones) aptos para bombardeos de precisión. Sus satélites y aviones no tendrían excesivos problemas tanto para guiar a los suyos como para perturbar los radares, las telecomunicaciones y los ordenadores de los iraníes.

El problema estriba, como señala Time, en que resulta difícil imaginar que esas unidades pueden estar yendo y viniendo días y días, semanas y semanas, teniendo que repostar una y otra vez en el aire a muchos de sus aparatos. Y, según los especialistas, esto, una campaña muy prolongada, es lo que sería necesario para demoler seriamente el programa iraní.

Así que Israel podría lanzar un ataque aéreo puntual que dañara unas cuantas instalaciones. El programa nuclear iraní sufriría así un retraso de algunos meses, quizá un año, pero no más, según fuentes norteamericanas. De dos o tres años, según las fuentes israelíes más optimistas.

Solo Estados Unidos podría causarle un daño más serio, pero a costa de emplear durante largo tiempo todo su potencial de bombardeo con misiles y desde aviones. Y aun así, los expertos creen que tampoco conseguiría cerrar el caso definitivamente. Quedaría, pues, el recurso a la invasión terrestre, a la guerra total, algo inalcanzable para Israel e impensable hoy para Estados Unidos.

¿Y cómo reaccionaría Irán a un ataque aéreo israelí? Nadie discute que ese ataque daría oxígeno político al régimen de los ayatolás, que se encuentra en el punto más bajo de su legitimidad doméstica y su influencia regional. Les permitiría presentarse como víctimas de una agresión. En el interior apelarían tanto al sentimiento nacional persa como al islámico para movilizar a su población. En el exterior podrían revigorizar su prestigio entre sectores antiimperialistas del mundo árabe y musulmán, muy alicaído hoy por la democrática primavera árabe y la agonía del régimen sirio de los Asad.

Militarmente, Irán podría responder disparando misiles de largo alcance Shahab-3 contra Israel, pero es difícil prever cuál sería su alcance e impacto. Al Gobierno israelí le preocupan más los ataques que podrían lanzar esos vecinos suyos y aliados de Irán que son el grupo libanés Hezbolá y el palestino Hamás. La Siria de los Asad también podría sumarse a la pelea, encontrando así una salida "patriótica" a sus apuros domésticos.

Esto es, no sería descartable una guerra total en Oriente Próximo. Como tampoco una campaña de acciones terroristas en el resto del mundo contra objetivos israelíes y judíos. Por no hablar de un intento de cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán con la subsiguiente crisis petrolera planetaria. Asimismo Irán podría sabotear refinerías y oleoductos en territorio saudí.

¿Vale la pena? No para el resto del mundo; en cuanto a Israel, es lo que evalúan en estos momentos tres personas: el primer ministro Netanyahu, el viceprimer ministro Yaalon y el ministro de Defensa Barak. Calificados de "halcones" por el semanario británico The Economist, los tres están convencidos de que un Irán nuclear supondría una "amenaza existencial" para Israel. Así que se inclinan a pensar que vale la pena.

El 25 de enero, el periodista israelí Ronen Bergman publicó en el suplemento semanal de The New York Times un reportaje (Will Israel attack Iran?) que no ha cesado desde entonces de analizarse del derecho y del revés por todos los que siguen este asunto. Bergman lo concluía así: "Tras hablar con muchos líderes políticos y jefes militares y de los servicios de inteligencia, he llegado a la conclusión de que Israel atacará Irán en 2012".

Bergman es un veterano analista y reportero del diario israelí Yedioth Ahronoth, alguien muy bien conectado y fiable. Nadie pone en duda los hechos que cuenta en su reportaje, ni tampoco las declaraciones de políticos, militares y espías israelíes que recoge. Pero ¿y si, en este juego de espejos deformantes que es la próxima guerra, alguien le hubiera hablado al periodista como lo hizo con la intención de que transmitiera a Estados Unidos y a Europa la idea de que, como no endurezcan más su actitud, Israel atacará en solitario sean cuales sean las consecuencias para todos?

Así, como un globo sonda para meter más presión, lo ha interpretado el diario israelí Haaretz. Y también el especialista estadounidense Jeffrey Goldberg, que ha contado que las mismas fuentes israelíes ya le dijeron a él que el ataque se produciría en el verano de 2011. Goldberg cree que los gobernantes israelíes repiten la jugada para que Occidente apriete aún más las clavijas a los ayatolás. El propio Bergman, en declaraciones a The New York Times del 30 de enero, admite que él no puede meterse en la cabeza de la gente a la que entrevista y descubrir las razones por las que dice esto o aquello. "Puede ser", dice, "que estemos ante aquello de 'agárrame, que le pego'. Puede que Israel esté enviando un mensaje de este tipo a Estados Unidos y Europa: hagan algo con Irán, porque si no, lo haremos nosotros".

Y es que tampoco en el establishment israelí hay total unanimidad sobre la rentabilidad de un ataque aéreo unilateral contra Irán. Hay voces discrepantes, y no, precisamente, de pacifistas. Entre otros, Meir Dagan, exjefe del Mosad; Gabi Ashkenazi, exjefe de la Junta de Estado Mayor, y Rafi Eitan, un veterano oficial del Mosad, creen que la amenaza de Irán no es ni tan inminente ni tan "existencial", y que una acción militar preventiva israelí sería catastrófica. No detendría el programa nuclear de los ayatolás y le supondría a Israel un serio aislamiento internacional y feroces represalias.

Cuando fue destituido en enero de 2011, el spymaster Dagan reunió a un grupo de periodistas y, según cuenta Bergman, les dijo: "La idea de que es posible detener el proyecto nuclear iraní con un ataque militar es incorrecta; tan solo es posible provocar un retraso temporal". Eitan es de esa opinión: el único modo serio y definitivo de lidiar con este asunto es "un cambio de régimen" en Teherán, algo a lo que contribuiría muy poco, más bien al contrario, el ataque israelí.

En un artículo publicado el 23 de enero en el diario beirutí Daily Star, el exagente de la CIA Bruce Riedel, especialista en Oriente Próximo, cree que el Gobierno israelí exagera. Es, al parecer, la opinión mayoritaria en el espionaje estadounidense. Obama, según fuentes norteamericanas, tiene sobre la mesa del Despacho Oval informes que dicen: 1. Irán, aunque continúe enriqueciendo uranio, aún no ha dado los pasos técnicos necesarios para construir un arma nuclear. 2. Aunque empezara a darlos, necesitaría más de un año para construir tal arma. 3. Un ataque aéreo no destruiría su programa nuclear: en cambio, podría decidir a los ayatolás a construir un arma nuclear lo antes posible.

A Obama no le gusta en absoluto la próxima guerra, intuye que será tan desastrosa o más que la de Irak. A mediados de enero, telefoneó a Netanyahu para advertirle de que no debe atacar a Irán por su cuenta y riesgo. Y con ese mensaje envió a Israel, días después, al jefe del Estado Mayor norteamericano, el general Martin Dempsey.

Pero Netanyahu y los suyos no ocultan su disposición a actuar por sorpresa y sin solicitar permiso. Saben que la mayoría proisraelí de Estados Unidos terminaría aplaudiendo. Y el que Obama quedara desautorizado no les desagrada. Netanyahu ya le humilló al desoír sus llamamientos para el cese de la construcción de colonias judías en Jerusalén oriental y Cisjordania y al conseguir por ello una ovación en el mismísimo Capitolio de Washington.

A Europa esta guerra no le puede venir en peor momento. Tomándose muy en serio a Israel, acaba de tomar una decisión importante para intentar abortarla: el embargo del petróleo iraní. Lo ha dicho Alain Juppé, ministro francés de Exteriores: "Para evitar una acción militar irreparable, tenemos que endurecer las sanciones". Norteamericanos y europeos trabajan para que otros clientes del petróleo iraní como Japón y Corea del Sur se sumen al embargo. Como alternativa, Arabia Saudí se ofrece a aumentar sus exportaciones.

Las sanciones económicas están dañando a Irán: su economía está atascada mientras se disparan la inflación y el desempleo. De modo que Estados Unidos y la Unión Europea aún trabajan con la hipótesis de dejarle una vía de escape a los ayatolás: el cese del enriquecimiento de uranio y la aceptación de severas inspecciones internacionales. Pero los ayatolás tienen la cabeza dura, muy dura. El choque frontal de trenes es altamente probable. -

lunes, 20 de febrero de 2012

¡Alto!  Andamos armados - REVISTA DOMINICAL - La Nación

¡Alto!  Andamos armados - REVISTA DOMINICAL - La Nación


¡Alto!  Andamos armados

ALONSO MATA BLANCO
 amata@nacion.com revistadominical@nacion.com | revistadominical@nacion.com
PUBLICADO EL 19 DE FEBRERO DEL 2012
El estruendo fue una alerta tardía. Cuando Jorge y su esposa llegaron a la habitación, encontraron a su hijo Juan tendido en el suelo. Los paramédicos no pudieron hacer nada por el niño de 12 años. La bala entró a una pulgada del ombligo y le provocó hemorragias internas que acabaron con su vida.
“De aquel día no quisiera acordarme. Pero es algo que no se olvida. Muchas veces me pregunto: ‘¿para qué sirve un arma en la casa?’ Solamente para una desgracia, para un accidente como el que nosotros vivimos”, relata cabizbajo el jornalero.
Jorge había conseguido la carabina para proteger la finca agrícola donde laboraba, allá en Surtubal de Turrubares. Ese día, su hijo de 8 años la tomó sin saber que estaba cargada y el arma se disparó accidentalmente. La víctima fue Juan.
Ya han pasado cinco años desde aquel día trágico y la familia intenta seguir adelante, pese al dolor y la angustia. Dos meses después del accidente, se pasaron a otra casa para esquivar los malos recuerdos.
“No creo ser la persona indicada para aconsejar a la gente, pero sí les diría que no tengan armas en su casa. No es necesario y nadie debería tener que sufrir lo que nosotros hemos sufrido”, dice con voz pausada.
Sin embargo, no todos piensan como él. Una joven de apellido Camacho, asegura que todavía se encuentra con vida gracias a su arma.
Hace dos años, ella fue atacada por un sujeto que laboraba ocasionalmente como jardinero en la propiedad de su familia.
Puñal en mano, el tipo la llevó a un desolado potrero donde se disponía a violarla, amenazando con matarla. Camacho le ofreció dinero para que la dejara ir y luego forcejeó para escapar, pero el agresor respondió hiriéndola con su cuchillo.
Asustada y bañada en llanto, la mujer se aferró a su instinto de supervivencia y, en un descuido del hampón, logró sacar la pistola que cargaba en su bolso y dispararle.
“No me fijé si lo había matado. Salí corriendo sin ver hacia atrás, sin zapatos, semidesnuda, llena de sangre. Corrí y corrí hasta llegar a una finca de donde llamaron a la policía”, narra Camacho, quien había obtenido su permiso de portación de armas tan solo tres meses antes del ataque.
El tipo murió en el lugar y luego trascendió que ya había violado a otras dos mujeres. El caso fue catalogado como legítima defensa por las autoridades judiciales (ver recuadro adjunto).
Hacía un año que Camacho había empezado a practicar tiro en el polígono.
La primera vez, la invitó un amigo y, la verdad, lo veía más como un pasatiempo o deporte. Por su cabeza jamás pasó la posibilidad de usar “la 9 milímetros” para proteger su vida. Ahora, es todo lo contrario: nunca se separa de esta sostiene.
Camacho opina que los cursos de manejo de armas que llevó fueron esenciales para poder salir airosa de la agresión sufrida. Por eso, ella insiste en que no se trata solo de tener una pistola; primero, hay que saber cómo y cuándo usarla.
“Si me preguntan mi punto de vista (acerca de estar armado), yo diría que sí conviene. Después de la experiencia que viví, estoy convencida de que la gente debe sentirse segura, sobre todo las mujeres. Pero hay que tomar conciencia de que, junto a la decisión de adquirir un arma, debe venir la responsabilidad. Hay que prepararse para evitar negligencias”.
Protectoras o...
¿Nos dan las armas seguridad o, más bien, nos hacen más vulnerables y ponen en peligro a nuestros seres queridos? Los dos casos expuestos corresponden a realidades en las que un arma marcó radicalmente ‘un antes’ y ‘un después’. Cada una sustenta una posición en esta controversial polémica.
De un lado, están quienes defienden la tenencia como una forma de protección ante el incremento de la delincuencia. Son los mismos que promueven su uso de forma responsable y aseguran que el solo hecho de estar armado disuade a los hampones de cometer sus fechorías.
Del otro lado, están aquellos que advierten que las armas son detonantes de violencia y constituyen un riesgo innegable para sus dueños o portadores. Y eso, cuando el riesgo no troca en tragedia.
La primera postura parece estar ganando seguidores, según se deduce del incremento en el número de armas registradas: en el último, año hubo un aumento de casi 70%. Mientras en el 2010 se inscribieron 3.175 armas, en el 2011 la cifra subió a 5.286.
Los datos fueron suministrados por la Dirección de Armas y Explosivos del Ministerio de Seguridad y solo incluyen a personas físicas, es decir, no toman en cuenta las armas inscritas por compañías privadas de seguridad o por el Estado.
De igual forma, los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad, elaborada en el 2006 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), revelaron que el 54,8% de los entrevistados está de acuerdo o muy de acuerdo en que las armas son necesarias para protegerse del crimen. El 5,9% del total de encuestados reconoció haber adquirido un arma como medida para mejorar la seguridad de su hogar.
En ese mismo estudio se evidenció que el 33% de los encuestados consideraba la inseguridad como el principal problema del país, por encima de la situación económica o de la corrupción, por ejemplo.
Más recientemente, una encuesta de Unimer para La Nación publicada a finales del mes pasado, muestra que, para el 28% de los costarricenses, la delincuencia es el principal escollo del país . Este grupo opina que disminuir los actos de los hampones debe ser la principal tarea del Gobierno. Quienes están a favor de la tenencia de armas, esgrimen tal panorama para justificar su posición.
DEFENSA
Desde mediados del año pasado, se formó el grupo Asociación Prodefensa Civil y Seguridad Ciudadana , integrado por una junta directiva de diez personas. Tienen un perfil en Facebook que, actualmente, tiene más de 2.600 seguidores.
Esta agrupación defiende la tenencia de las armas, siempre y cuando su manejo se haga de una forma responsable. De hecho, impulsan un proyecto de ley que le permitiría al ciudadano tener todas las armas que considere convenientes, en tanto cumpla primero con una serie de requisitos. La actual Ley de Armas y Explosivos permite la tenencia de un máximo de tres armas por persona.
Quienes lideran este grupo son profesionales reconocidos nacional e internacionalmente, y padres de familia con un discurso lleno de argumentos.
Miguel Cifuentes es uno de ellos. Él resalta que la protección es un derecho inalienable y que se puede ejercer de muchas formas; una de ellas es por medio de un arma.
“Yo tengo la obligación de defender a mi familia. Hago muchas cosas para reducir riesgos: por ejemplo, tengo extintores y póliza de seguro contra robo e incendio. Y, además, he decidido entrenarme en el manejo de armas”, explica este ingeniero forestal.
Mauricio Alvarado, otro miembro de la asociación, sostiene que, dada la realidad nacional, hay que tener una “conciencia de seguridad”, ser muy precavido y estar listo para defenderse.
Datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) revelan que el año pasado hubo 12.574 asaltos a personas (un aumento del 9% en relación con el 2010) y 779 asaltos a viviendas (un incremento del 21%).
Norman Arce Vargas, un administrador de empresas de 40 años, debió recurrir a su pistola para defenderse de un bajonazoen el 2008, y es de quienes opinan que es necesario andar armado.
Cuenta que él estaba entrando a la cochera de su casa, en Sabanilla de Montes de Oca, cuando un encapuchado introdujo un revólver por la ventana del vehículo y le apuntó en la cabeza. Al tiempo que hacía esto, lo amenazó diciendo que “no intentara nada”. A unos dos metros estaba otro delincuente, quien apuntaba a Norman con un arma.
“Yo no iba a hacer nada. Por mí, que se llevaran el carro. Pero, en eso, el tipo que estaba atrás le dijo al que me apuntaba: ‘Quémelo’, y sonó como una orden. En ese momento, logré sacar la pistola (que tenía escondida en su ropa) y le disparé”.
Los asaltantes devolvieron el fuego y se armó una balacera. A Norman no lo alcanzó ningún disparo y los antisociales andaban chalecos antibalas, por lo cual no hubo muertos. Al carro, casi se le dio “pérdida total”.
El OIJ nunca dio con los delincuentes, quienes escaparon del lugar luego del intercambio de balas.
“Imagínese: Yo no pensaba hacer nada y no había puesto resistencia, y aun así, me iban a matar. Si no me defiendo, no podría estar contándole esta historia”, narra Arce.
Círculo vicioso
La postura del Poder Ejecutivo y del Judicial, así como la de diversas organizaciones no gubernamentales, es contraria a la de la Asociación Prodefensa Civil y Seguridad Ciudadana.
Actualmente, el Ejecutivo impulsa un proyecto de ley en el cual se restringe la cantidad de armas a una por persona.
Max Loría, viceministro de Paz , sostiene que portar un arma tiene un efecto contraproducente y eleva los niveles de inseguridad. Por ejemplo, citó informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según los cuales, la posesión de armas de fuego aumenta 2,7 veces el riesgo de muerte para los integrantes del hogar.
“En particular, se ha estudiado el argumento de que la posesión de un arma da más seguridad a un hogar porque el habitante puede defenderse de un posible delincuente. Se ha comprobado que las víctimas que resisten al agresor presentan una probabilidad menor de perder bienes materiales, pero una probabilidad mayor de ser heridas”, resalta Loría.
Añadió que la tenencia de un arma puede aumentar el riesgo de suicidio para el propietario o los miembros de la familia, y elevar el riesgo de accidentes, incluso letales, así como aumentar la posibilidad de que el mismo propietario pueda cometer delitos en casos de violencia doméstica, riñas y otras disputas.
Loría puso sobre la mesa datos del OIJ del 2009, en los que se refleja que el 15% de los homicidios con armas de fuego fueron por participación en riñas y el 13%, por problemas personales. “Hablamos de personas que pierden el control, que recurren al arma en un arranque de cólera, porque llevan licor dentro o porque alguien les pitó en carretera”, asegura el funcionario.
El pasado 16 de enero, se dio registró un caso que parece darle vida a las estadísticas recién citadas . Dos hermanos de apellido Blanco se enfrentaron a golpes en el parque de Coronado por una disputa aparentemente desencadenada por resentimientos y celos. Así lo informó la Fuerza Pública en ese momento.
El pleito se agudizó y el menor de los hombres sacó una pistola y disparó en tres ocasiones contra su hermano. La víctima recibió dos impactos de bala en el tórax y otro en el lado izquierdo de la cara; murió días después en el hospital. El arma estaba legalmente registrada.
Celso Gamboa, viceministro de Seguridad, enfatiza que en Costa Rica portar un arma no es un derecho, sino “una concesión que hace el Estado a ciertas personas”. Acto seguido, afirmó con énfasis que una sociedad más armada “para nada” es una sociedad más segura.
“El problema de la inseguridad no se resuelve con armas; no es tan simple. Esto hay que entenderlo, se requiere mucho más”, detalló.
A inicios del mes anterior, Gamboa emitió una directriz en la que se prohíbe la renovación del permiso de armas a quienes tengan antecedentes penales, de violencia doméstica o de delitos contra la propiedad, la vida o la libertad, entre otros.
En el pasado, los individuos inhibidos para portar armas eran los presos, los menores de edad, las personas con algún impedimento físico o mental y quienes hubieran cometido un delito con arma y existiera una resolución de autoridad competente que los inhabilitara para tener una.
Gamboa detalló que tal acción busca que haya menos armas en la calle en manos de potenciales agresores, pues solo en transcurso del año pasado se registraron 299 homicidios con armas de fuego, lo que representó más del 65% del total.
De igual forma, el Ministerio impulsa una reforma a la ley para que aquella persona que carga un arma sin tener el debido permiso, afronte un mínimo de cuatro años de prisión. En la actualidad, la sanción es de uno a tres años, lo que le permite al infractor someterse a la ejecución condicional de la pena, con lo cual evita ir a prisión.
El jerarca considera que las personas no deben armarse para sentirse más seguras y resaltó que el Ministerio está trabajando para disminuir la delincuencia por medio de “métodos científicos”. Como prueba, resaltó que el año pasado se redujo la tasa de homicidios a 10 por cada 100.000 habitantes, cuando desde el 2008 dicha tasa superaba el 11%.
Pero tal argumento no convence a la Asociación Prodefensa Civil y Seguridad Ciudadana, cuyos integrantes consideran que la reducción en la tasa de homicidios es porque la gente está más armada que antes.
“Cuando el delincuente sabe esto, lo piensa dos veces”, dice Mauricio Alvarado, quien está convencido de que la tenencia de armas es un elemento disuasor para el hampa.
Detalla que existe una estadística oculta (casos que no salen en la prensa) del número de personas que han evitado un crimen solo con enseñar su arma.
Miguel Cifuentes secunda esa postura y destaca que lo ideal es nunca utilizar el arma. “En ocasiones, solo con mostrarla es suficiente”, agrega.
“No es que uno esté esperando que alguien se meta a la casa para dispararle. Lo contrario: yo, todos los días, le pido a Dios no tener que usarla; pero cuando se presente alguna situación de emergencia estaré preparado”, explica e insiste en la necesidad de tener entrenamiento sobre el manejo del revólver.
Para el viceministro Max Loría, esa lógica generará una carrera armamentista, pues apuesta a la violencia como forma de resolver problemas: “Habrá personas que son muy buenas en el manejo de armas, pero no son todas. El hampa va a responder pues el delincuente es el que está preparado, el que tiene la ventaja. Esto hará que se armen más y con armas más pesadas. Viviríamos, entonces, en una especie de viejo oeste”, sentenció.
Colaboró el corresponsal Jorge Umaña

viernes, 17 de febrero de 2012

Eddie Eagle

Esta es la mascota de la NRA hablando sobre que deben hacer los niños en caso de que topen con un arma de fuego. está en inglés pero vale la pena verlo con los niños.


jueves, 9 de febrero de 2012

Portar arma...un acto civilizado

Los seres humanos sólo tienen dos maneras de tratar los unos con otros: por razón o por fuerza. Si usted quiere obligarme a hacer algo por usted, tiene la opción de convencerme con argumentos, u obligarme a hacer su voluntad bajo la amenaza de la fuerza. Toda interacción humana cae en una de estas dos categorías, sin excepción…la razón o la fuerza.

En una sociedad verdaderamente moral y civilizada, la gente interactuaría exclusivamente utilizando convencimiento y persuasión. La fuerza no tendria lugar como un método valido de interacción social. Paradojicamente, lo único que elimina la fuerza del menú es el arma de fuego personal.

Cuando porto un arma de fuego, nadie puede tratar conmigo por la fuerza. Mi contrincante tiene que usar la razón y tratar de persuadirme, porque tengo una manera de negar su amenaza. La pistola es la única arma personal que pone a una mujer de 100 libras en pie de igualdad con un atracador de 220 libras, un jubilado de 75 años en pie de igualdad con un pandillero de 19 años de edad y un hombre soltero gay en pie de igualdad con un coche lleno de borrachos con bates de béisbol. El arma elimina la disparidad en la fuerza física, el tamaño o número entre un potencial atacante(s) y un defensor.

Hay mucha gente que considera el arma de fuego es la fuente de la fuerza de los delincuentes. Estas son las mismas personas que piensan que seriamos más civilizados, si todas las armas fueron retiradas de la sociedad. Esto, por supuesto, es sólo cierto si las posibles víctimas de los delincuentes estuvieran en su mayoría desarmados, ya sea por elección o por decreto legislativo. Las personas que abogan por la prohibición de las armas otorgan ventaja automática a los maleantes, y eso es exactamente lo contrario por lo que abogaría una sociedad civilizada de igualdad. Un maleante sólo puede tener una vida exitosa en una sociedad donde el Estado le ha concedido el monopolio de la fuerza.

Luego existe el argumento de que las armas escalan los enfrentamientos que de otra manera no serian letales. Este argumento tiene varias falacias. Sin armas de fuego involucradas, los enfrentamientos los ganan siempre los mas fuertes. Las personas que piensan que puños, bates, palos o piedras no constituyen fuerza letal ven mucha televisión. El hecho de que el arma hace más fácil la fuerza letal sólo trabaja a favor de la defensa del más débil, no del atacante más fuerte. Si ambos están armados, el campo se nivela. La pistola es la única arma que es igual de letal en manos de un octogenario que en manos de un levantador de pesas.

Cuando porto un arma de fuego, no lo hago porque estoy en busca de una pelea, si no porque quiero que me dejen en paz. El arma a mi lado significa que no puede ser forzado ni obligado, sólo convencido. Yo no porto un arma porque tenga miedo, sino porque me da el lujo de no tener miedo. El arma que porto no limita las acciones de aquellos que interactúan conmigo utilizando de la razón, sólo evita las acciones de aquellos que lo harían por la fuerza. Las armas eliminan el factor de disparidad de fuerza entre el débil y el fuerte ... y por eso portar un arma es un acto civilizado.

Tomado de un post de armascr.com

martes, 7 de febrero de 2012

Entrevista NC Once Zamora - Segovia

Adjunto el link a la entrevista realizada el pasado domingo a los señores Zamora y Segovia, por el tema de las armas perdidas por el Gobierno.


Link a la entrevista