jueves, 9 de febrero de 2012

Portar arma...un acto civilizado

Los seres humanos sólo tienen dos maneras de tratar los unos con otros: por razón o por fuerza. Si usted quiere obligarme a hacer algo por usted, tiene la opción de convencerme con argumentos, u obligarme a hacer su voluntad bajo la amenaza de la fuerza. Toda interacción humana cae en una de estas dos categorías, sin excepción…la razón o la fuerza.

En una sociedad verdaderamente moral y civilizada, la gente interactuaría exclusivamente utilizando convencimiento y persuasión. La fuerza no tendria lugar como un método valido de interacción social. Paradojicamente, lo único que elimina la fuerza del menú es el arma de fuego personal.

Cuando porto un arma de fuego, nadie puede tratar conmigo por la fuerza. Mi contrincante tiene que usar la razón y tratar de persuadirme, porque tengo una manera de negar su amenaza. La pistola es la única arma personal que pone a una mujer de 100 libras en pie de igualdad con un atracador de 220 libras, un jubilado de 75 años en pie de igualdad con un pandillero de 19 años de edad y un hombre soltero gay en pie de igualdad con un coche lleno de borrachos con bates de béisbol. El arma elimina la disparidad en la fuerza física, el tamaño o número entre un potencial atacante(s) y un defensor.

Hay mucha gente que considera el arma de fuego es la fuente de la fuerza de los delincuentes. Estas son las mismas personas que piensan que seriamos más civilizados, si todas las armas fueron retiradas de la sociedad. Esto, por supuesto, es sólo cierto si las posibles víctimas de los delincuentes estuvieran en su mayoría desarmados, ya sea por elección o por decreto legislativo. Las personas que abogan por la prohibición de las armas otorgan ventaja automática a los maleantes, y eso es exactamente lo contrario por lo que abogaría una sociedad civilizada de igualdad. Un maleante sólo puede tener una vida exitosa en una sociedad donde el Estado le ha concedido el monopolio de la fuerza.

Luego existe el argumento de que las armas escalan los enfrentamientos que de otra manera no serian letales. Este argumento tiene varias falacias. Sin armas de fuego involucradas, los enfrentamientos los ganan siempre los mas fuertes. Las personas que piensan que puños, bates, palos o piedras no constituyen fuerza letal ven mucha televisión. El hecho de que el arma hace más fácil la fuerza letal sólo trabaja a favor de la defensa del más débil, no del atacante más fuerte. Si ambos están armados, el campo se nivela. La pistola es la única arma que es igual de letal en manos de un octogenario que en manos de un levantador de pesas.

Cuando porto un arma de fuego, no lo hago porque estoy en busca de una pelea, si no porque quiero que me dejen en paz. El arma a mi lado significa que no puede ser forzado ni obligado, sólo convencido. Yo no porto un arma porque tenga miedo, sino porque me da el lujo de no tener miedo. El arma que porto no limita las acciones de aquellos que interactúan conmigo utilizando de la razón, sólo evita las acciones de aquellos que lo harían por la fuerza. Las armas eliminan el factor de disparidad de fuerza entre el débil y el fuerte ... y por eso portar un arma es un acto civilizado.

Tomado de un post de armascr.com

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