viernes, 30 de marzo de 2012

El PLN y la institucionalización del crimen organizado

Excelente artículo de Juan Carlos Hidalgo en su blog Por La Libre El título lo tomo de un comentario que puso ayer Román Macaya en su Facebook para referirse al proyecto de ley del Partido Liberación Nacional, convocado para sesiones extraordinarias por la presidenta Laura Chinchilla, tendiente a darle inmunidad de por vida a los miembros de los supremos poderes por delitos en la función pública como enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, entre otras bellezas. La reacción popular fue tal que anoche el Ejecutivo anunció que desconvocará el proyecto y la presidenta rápidamente salió en su Twitter a decir que está en contra de él (sin explicar por qué lo convocó en primer lugar). Sin embargo la duda sigue en el ambiente: ¿se trató de un acto de estupidez política in extremis o de una muestra más de que el PLN se siente tan seguro en el poder que ya hasta está perdiendo la vergüenza? Podría ser una combinación de ambos. Pero no deja de preocupar, como escribí hace un año en este espacio a raíz del intento fallido del PLN de robarse la elección del 1 de mayo, que el partido de gobierno está alcanzando niveles de descaro propios de una organización política que se siente demasiado cómoda en el poder. No es por nada que el fundador de dicho partido, cuyo nombre hizo corear la presidenta la noche de su elección, dijo una vez que Costa Rica es un país de domesticados. En sus dos años en el poder hemos visto múltiples casos de cómo la presidenta y la camarilla liberacionista efectivamente cuentan con que la opinión pública se olvidará de todo luego de unos días. ¿Atacar a un rival en campaña porque este proponía más impuestos y luego llegar al poder a impulsar un enorme paquete tributario? Hagámonos los que no nos acordamos. ¿El medio millón de dólares al hermano de Chinchilla para que hiciera un par de videos en campaña? Olvidado. ¿Fiesta de nombramientos políticos en la Cancillería? Pasemos a René a Ambiente, digamos que vamos abrir concursos para esos puestos dentro de 6 meses y pasará el escándalo. ¿El chantaje a Un Techo por mi País para que dieran dos casas a Casa Presidencial a cambio de permitirle importar materiales para la construcción de viviendas? Ya nadie se acuerda. ¿La aparición de múltiples irregularidades y falisificación de cheques en la campaña electoral del PLN? También olvidado. Hasta la Fiscalía se rehusó a recibir el testimonio de testigos que implicaban a diputados liberacionistas en irregularidades. ¿Más de la mitad del gabinete, incluyendo el ministro de Hacienda encontrados pagando menos impuestos de lo que debían? Un lamentable descuido. Etc., etc., etc. Ayer en un editorial de Telenoticias, Ignacio Santos se hizo la pregunta que muchos han repetido durante estos dos años: ¿quién asesora a la presidenta? Pero la pregunta da a entender que doña Laura Chinchilla es una chiquita que no sabe lo que hace, y que sus pifias y descaros son culpa de gente que la asesora mal. Como he dicho anteriormente, Laura Chinchilla es el problema. Usted no escala posiciones hasta llegar a la cima en el partido más corrupto de la historia de Costa Rica al menos que también esté inmerso, activa o pasivamente, en la cultura de corrupción de esa organización. Y no es exagerado decir que muchas veces el Partido Liberación Nacional nos da la impresión de ser una banda de criminales institucionalizados. Y bien sabemos que las denuncias y escándalos que salen en la prensa son solo la punta del iceberg. Muchos otros casos de corrupción, ilegal o institucionalizada, se comentan en las calles y nunca llegan a los titulares de los periódicos. Cuando los gobernantes pierden la vergüenza, el pueblo les pierde el respeto. El problema que tenemos en Costa Rica, y hay que decirlo abiertamente, es que tenemos un sector importante del electorado, aproximadamente el 35% de este, que votará verde sin importar qué. Y los líderes del PLN saben muy bien que sólo su partido tiene la estructura y maquinaria política para ganar elecciones en el país. Peor aún, usan a sus anchas las instituciones del Estado, desde el IMAS hasta el Ministerio de Salud, desde la Fiscalía hasta el MINAET, para acosar, intimidar, comprar, disuadir y destruir a cualquiera que se ponga en frente. El PLN se siente en una zona de confort electoral e institucional donde cree que puede salirse con la suya. ¿Hasta cuándo aguantaremos?

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