jueves, 9 de septiembre de 2010

El casino cambiario del Banco Central

Este es un excelente post del Blog "Por La Libre", del señor Juan Carlos Hidalgo. plenamente compartido por mi y que merece toda difusión.

“La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) administra un ‘casino cambiario’ en el cual nos obliga a todos a participar. Lo más grave es que arregla las máquinas, carga los dados y golpea la mesa de la ruleta para determinar quiénes ganan y quiénes pierden”.

Luis E. Loría
Director Ejecutivo de ANFE

¿Alguien le cree a Rodrigo Bolaños, presidente del Banco Central, cuando dice que el flamante plan de aumento de reservas del BCCR no tiene nada que ver con manipular el tipo de cambio? La realidad es clara para propios y extraños. La nueva política es anunciada justo cuando el tipo de cambio amenazaba con llegar al “piso” de ¢500 puesto por el BCCR. En un mercadito donde con sólo $1 millón se puede sacudir el tipo de cambio, claramente la compra de $600 millones por parte del BCCR tendrá un impacto inmediato en la cotización del dólar. Y así lo demuestra el hecho de que tan solo a las pocas horas de anunciado el plan, el tipo de cambio ya había subido en ¢16.5.

¿Alguien le cree a Rodrigo Bolaños cuando dice que el aumento de las reservas no tendrá un impacto en la inflación? Para comprara esos $600 millones en nuevas reservas, el BCCR deberá emitir colones (¢300.000 millones), los cuales entrarán a la economía a inflar el nivel general de precios. Bolaños, quien tuvo a Milton Friedman como profesor en la Universidad de Chicago, es el primero en saber esto. A pesar de que muchos creen que la inflación actual es baja, en realidad está bastante alta dado el contexto mundial de bajas inflaciones mundiales. De hecho la de Costa Rica es la quinta inflación más alta de América Latina, solo superada en su mayoría por economías bolivarianas como las de Venezuela, Argentina y Nicaragua.

¿Alguien le cree a Rodrigo Bolaños cuando dice que controlar la inflación sigue siendo la prioridad del BCCR? El mismo presidente del Central ha sido claro en que no se puede controlar la inflación y el tipo de cambio al mismo tiempo. La única manera de evitar una mayor inflación es permitiendo que el tipo de cambio fluctúe, y eso implicaba permitir que el dólar pasara del piso de los ¢500 si así lo determinaba el mercado. Sin embargo, con esta nueva política, claramente tendiente a influir en el tipo de cambio, el BCCR ha renunciado a sus metas de inflación y ha decidido apostar por el casino cambiario.

¿Alguien le cree a Rodrigo Bolaños cuando dice que el país necesita más reservas? La excusa más barata ha sido de que el país necesita más divisas para “blindarse” de eventuales shocks externos, sin explicar cuáles podrían ser estos. El BCCR ya cuenta con $4.056 millones en reservas, más de dos veces lo necesario para substituir todo el circulante nacional (en contradicción con lo dicho por Ottón Solís de que el país necesitaría endeudarse para dolarizar). Con lo que tiene el BCCR en reservas le basta y sobra.

¿Alguien le cree a Rodrigo Bolaños cuando dice que la nueva estrategia de aumento de reservas no es producto de presiones o influencias de ningún sector? Para nadie es un secreto que sectores con un fuerte peso político en esta administración mercantilista (como los exportadores y la banca privada) venían pegando el grito al cielo por la revaluación del colón y las pérdidas que esto les representaba. No es casualidad que hoy La República informe que son estos mismos sectores los grandes ganadores con la intervención del BCCR. El mismo Rodrigo Bolaños ha admitido el poder de estos grupos en determinar la política monetaria nacional, cuando cándidamente afirmó en el blog de Jorge Guardia que “Los banqueros son un grupo poderoso políticamente, no solo porque como buenos financistas diversifican sus riesgos políticos con nexos y financiamiento a diferentes partidos políticos, sino que también gozan de fuertes respaldos en otros sectores importantes que son clientes de los bancos”. Y no olvidemos la fuerte presencia que tienen los bancos privados en esta administración.

¿Alguien le cree a esta administración cuando dice que le importan los pobres? La inflación, consecuencia clara y evidente de estas acciones del BCCR, es el impuesto más regresivo de todos. Castiga a los pobres, a los asalariados y a los pensionados al licuar sus ingresos y encarecerles el costo de vida. Y todo esto se hace con el fin de favorecer a banqueros y exportadores. ¿De qué valen las redes nacionales de cuido cuando la política monetaria sirve para transferir riqueza de pobres a ricos? ¿De qué sirven programas como “Avancemos” cuando la política económica del gobierno se basa en proteger carteles y grupos de interés a expensas de la población más vulnerable? ¿De qué vale la hablada de justicia social e igualdad cuando se persigue una política de empobrecimiento de los que menos tienen para beneficiar a grupos privilegiados.

Don Rodrigo Bolaños cree que comemos cuento.

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