martes, 18 de octubre de 2011

La novela política de don Óscar Arias

El tirano y el corrupto tienen los días constados, es solo una cuestión de tiempo y la cuestión es cuanto.
Cuidado y una careta mesiánica, disfrazada de paloma, está a punto de caer.


Artículo publicado en el periódico La Nación el pasado domingo.

Es absolutamente falso el pacto Reagan-Monge o una especie de acuerdo secreto entre el presidente de Estados Unidos y el presidente de Costa Rica.

En su respuesta a mi artículo “La política internacional de Costa Rica” publicado en la Nación, don Óscar Arias esconde la paloma de la paz y se lanza por el camino de la mentira y de la extraña obsesión de considerar que él y solo él, es la figura más importante de la historia nacional, en todos los tiempos, descalificando siempre a quienes le precedieron y lo sucedieron en la Presidencia de la República. De sus rabietas con la presidenta Chinchilla, el país está enterado. Ahora la emprende contra mí y escribe una novela política que, antes de hacerla pública, sigilosamente había estado por muchos años difundiéndola a periodistas extranjeros, universidades y en privado. Muchas personas me lo han confirmado. Estoy contento, por ello, de que no use a otras personas para atacarme y que lo haga directamente.

En su respuesta a mi artículo “La política internacional de Costa Rica” publicado en la Nación, don Óscar Arias esconde la paloma de la paz y se lanza por el camino de la mentira y de la extraña obsesión de considerar que él y solo él, es la figura más importante de la historia nacional, en todos los tiempos, descalificando siempre a quienes le precedieron y lo sucedieron en la Presidencia de la República. De sus rabietas con la presidenta Chinchilla, el país está enterado. Ahora la emprende contra mí y escribe una novela política que, antes de hacerla pública, sigilosamente había estado por muchos años difundiéndola a periodistas extranjeros, universidades y en privado. Muchas personas me lo han confirmado. Estoy contento, por ello, de que no use a otras personas para atacarme y que lo haga directamente.

Dije que NO. Es absolutamente falso el pacto Reagan-Monge o una especie de acuerdo secreto entre el presidente de los Estados Unidos y el presidente de Costa Rica. Hay que estar alterado del ánimo, para inventar un disparate de esa magnitud. El presidente Reagan nunca me solicitó algo así durante su visita a Costa Rica, ni tampoco me formuló una solicitud parecida durante mi visita a Washington. Cuando el jefe del Comando Sur me visitó y ofreció toda clase de apoyo militar, si nuestro país era invadido por el ejército sandinista, mi respuesta sincera fue que no y que muchas gracias. En esa encrucijada crítica de la Patria, recurrí al presidente Luis Herrera Campins de Venezuela y al presidente Belisario Betancurt de Colombia, para que nos prestaran la ayuda que necesitábamos. Ambos países hermanos, nos ofrecieron todo su apoyo, a la vez que hicieron los señalamientos pertinentes al Gobierno de Managua.

Mi deber: evitar una guerra. En esos años, se vivió el último capítulo de la Guerra Fría. La Unión Soviética y Cuba, estaban empeñados en que el comunismo se impusiera por la fuerza de las armas en Centroamérica y para ello contaban con el régimen sandinista y las guerrillas de El Salvador, Honduras y Nicaragua. Fidel Castro había enviado a un general condecorado de las guerras en África, Oswaldo Ochoa, para que desde Managua articulara ese designio. La tesis del comunismo era que la única forma de escalar el conflicto regional, era provocar un conflicto fronterizo con Costa Rica, para justificar el ingreso del ejército sandinista al territorio nacional. Los Estados Unidos, por su parte, estaban dispuestos a impedir la expansión del comunismo en Centroamérica, por los medios que fuera y con el poder del Comando Sur. Entre ambos superpoderes, mi responsabilidad de presidente de la República era evitar una guerra que no podríamos resistir y la muerte de costarricenses.

Misión Verdad. Dos veces, el ejército sandinista estuvo el lado del río San Juan y por Peñas Blancas, dispuesto a invadirnos. El pueblo costarricense estaba volcado a favor de la democracia y en contra de los propósitos del eje Moscú-Cuba-Nicaragua, al igual que rechazaba a los desprestigiados ejércitos de los países de Centroamérica. El movimiento por la paz era enorme en Costa Rica. Don Pepe y Daniel Oduber, con el beneplácito de mi Gobierno, se pusieron al frente de una gigantesca manifestación a favor de la paz que culminó en el Monumento Nacional. Emprendí la Misión Verdad para informar a Francia, Alemania, Inglaterra, Bélgica y España, así como a varios organismos internacionales, de lo que estaba realmente sucediendo en Centroamérica y con dos objetivos: enfrentar el aparato de desinformación de la Internacional Comunista contra Costa Rica y promover una reunión de cancilleres europeos en San José, de donde surgiera una especie de blindaje de contención para evitar la guerra en Centroamérica.

Marco conceptual. La Proclama de la Neutralidad, el 17 de noviembre de 1983, vino a dar marco conceptual a la posición firme de Costa Rica y fue recibida con gran entusiasmo y respaldo por la comunidad internacional, incluyendo Nicaragua.

Infamia y mentira. Durante la Misión Verdad, se produjo en territorio nicaraguense, el atentado de La Penca. Hoy está probado que el atentado fue planeado por el Comandante Tomás Borge y ejecutado por un terrorista argentino que se presentaba como periodista danés. Esa es la verdad, e involucrar a mi Gobierno es una infamia. Hoy nadie duda de esa verdad, excepto don Óscar.

Igualmente miente cuando altera al contenido de una reunión entre él, como presidente electo, su hermano, el embajador de los Estados Unidos y yo como presidente de Costa Rica. Se necesita desconocer mucho la formalidad de estas reuniones protocolarias o tener demasiadas malas intenciones, para inventar lo que afirma. En dicha reunión, consideré oportuno que el nuevo presidente de la República conociera los puntos de Washington. De eso se habló. ¿Cómo se iba a hablar, en esa reunión, de un pacto Reagan-Monge, si ese pacto no existía, si yo había rechazado el ofrecimiento de ayuda militar total del Comando Sur, si había recurrido a los presidentes de Venezuela y Colombia, si se había realizado la reunión de los cancilleres de Europa, si se había proclamado la Neutralidad Perpetua y si, sin escándalo ni autobombo, como es el estilo de don Óscar, habíamos separado a un viceministro y a varios altos mandos de la Fuerza Pública que se había probado colaboraban con “la contra” y con autoridades norteamericanas, en contra de la posición oficial del Gobierno de la República?.

Acusación desestimada. En la finca Potrero Grande, propiedad de un estadounidense, existía un aeropuerto rústico, como tantos otros en el país. Su propietario negoció con una sociedad panameña, mejoras y la ampliación de la pista. Ese fue un acto estrictamente privado. Tiempo después, una investigación probó que la sociedad panameña era de la CIA. Personas vinculadas al comunismo, nos acusaron al exvicepresidente Alberto Fait y a mí, en el Juzgado de Liberia. Dicha acusación fue desestimada. Nadie pudo presentar pruebas de nuestra participación. Durante mis cuatro años como presidente de la República, ni un solo avión de “la contra” aterrizó en Potrero Grande. Si hubiera sucedido, habríamos detenido a sus pilotos. El único avión que aterrizó y se atascó al final de la pista fue en la administración constitucional de don Óscar y estoy seguro de que él no tuvo ninguna responsabilidad. Tampoco nosotros.

¿De dónde viene, entonces, esta novela política, en la que viene empeñado desde hace muchos años? He llegado a creer que tiene que ver con el Premio Nobel de la Paz y con su utilización posterior, por la Fundación Arias, como imagen e instrumento para recolectar fondos internacionalmente.

Premio Nobel de la Paz. En honor a la verdad, en dos oportunidades previas, el nombre de Costa Rica y su pueblo, como un homenaje a nuestro país, había sido considerado para el Premio Nobel, en reconocimiento a la abolición del Ejército y por las conocidas iniciativas internacionales de don Pepe en favor del desarme mundial, por ser el único país democrático y desarmado de Centroamérica y en razón de los altos índices en materia de educación y salud alcanzados hasta los años ochenta, así como por la Proclama de Neutralidad. En la tercera oportunidad y a raíz del exitoso Proceso de Esquipulas y del esfuerzo de don Óscar con los otros presidentes y de la actividad diplomática del canciller Rodrigo Madrigal Nieto, fue galardonado el presidente Arias.

Doble moral. Don Óscar, con su conocido egocentrismo, se adjudicó en forma exclusiva ese gran honor. Pero eso, que refleja de cuerpo entero su personalidad, puede pasar. Allá don Óscar con su conciencia. Lo que compromete seriamente la integridad de Costa Rica, es que la Fundación Arias, en abierta relación con la Casa Presidencial, se haya dedicado, durante su segunda administración de facto, a negociar y obtener contribuciones económicas, coincidiendo las mismas con decisiones públicas de política internacional. Eso sí es una verdadera doble moral

Registros contables de la Fundación Arias. Insto a la Contraloría General de la República y al Ministerio Público, para que se le solicite a la Fundación Arias para la Paz enseñar todos sus registros contables y las fechas de las contribuciones, en asuntos como el rompimiento de relaciones diplomáticas con Taiwán y el reconocimiento de China, sus bonos y sus financiamientos, así como los provenientes de países y personalidades árabes. Ahí sí podremos hablar de dobles morales, para no recordar los financiamientos de su primera campaña electoral y sus relaciones con el sátrapa y narcotraficante Manuel Antonio Noriega y el convicto Ricardo Allen. De contraparte, ofrezco abrir todos mis atestados, para determinar quién ha tenido y quién no una doble moral en la conducción de la política internacional de Costa Rica y quien ha recibido o no beneficios personales o por otros medios, a su paso por la Presidencia de la República.

Un proyecto familiar. No se puede tirar piedras si se tiene el techo de vidrio. Don Óscar no es de origen liberacionista, ni cree en un proyecto social democrático y reformista. Sus tesis son conservadoras, plutocráticas y autoritarias. Su propuesta de una “dictadura en democracia” es ajena al ser costarricense. Entró a Liberación Nacional por ambición de poder y lo ha utilizado, negando su historia, como un aparato de sus ambiciones de ejercer y mantenerse, a toda costa, en el poder. No puede vivir sin el poder. Desesperado, hasta doblegó el espíritu de la Sala Constitucional y logró una segunda administración de facto. Ha reducido a Liberación Nacional a un proyecto de ambiciones familiares, sin ideología y muy lejos del alma de quienes lo fundamos, hace 60 años, para servir, única y exclusivamente, a los superiores intereses de Costa Rica.

Esa es, precisamente, la razón por la cual estoy alejado de ese Liberación Nacional, aunque, hasta el final de mis días, seguiré unido al histórico Liberación Nacional.

LUIS ALBERTO MONGE ÁLVAREZ, EXPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

No hay comentarios:

Publicar un comentario