lunes, 27 de julio de 2009

Sobre la perseverancia

Según el diccionario de la Real Academia Española, perseverar significa: “Mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión”.
Por lo tanto, tengo para mi que la perseverancia por si misma no es buena ni mala, sino que por el contrario, su valor final estará determinado por quien la ejerce y por lo fines buscados.
En los últimos días encontramos algunos hechos que me podrían ayudar a explicarme.
Primero. Eugenio Trejos (ET), el más inconsecuente rector en la historia del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC). Se aferra a la rectoría por no otra razón que aprovecharse de la vitrina que le ofrece el TEC. Me pregunto: ¿quién sabía de la existencia de ET antes del proceso del referendo por el CAFTA? Pocos, verdad. ET ha comprometido de manera consistente el nombre y la credibilidad del TEC, no le ha importado ser el máximo jerarca de tan prestigiosa universidad. La ha usado, la ha exprimido, se ha burlado de ella. El TEC merece tener un rector que sea dación, no zángano. Ahora, no contento con el daño causado, su perseverancia lo llevó a pretender lanzarse a la contienda electoral, sin soltarse de la rama del TEC. Que bofetada a la inteligencia y a la moral de quienes constituyen el TEC. Pareciera que, al fin, el Consejo Institucional ha despertado y le han pedido que si continúa con sus pretensiones electorales, debe dimitir de la rectoría. Tarde, pero al menos han reaccionado. Si se confirma lo anterior, será la mejor noticia para el TEC y para el país. Para el TEC porque tendrá la oportunidad de rectificar y poner un rector que lo represente y lo dignifique. Para el país, porque entre más divididos estén ET y su grupo de trasnochados, menos posibilidades de causar daño tendrán. Perseverancia con tinte de caradura.
Segundo. Zelaya y Micheletti. Sin duda los dos perseveran en sus intenciones. Zelaya es tosco, poco elocuente, poco elegante, poco de casi todo, pero es el presidente que eligieron los hondureños. Creo que nadie duda del peligro que las decisiones y acciones tomadas, desde la presidencia, por “Mel”, cernían sobre Honduras. Pero la cura fue peor que la enfermedad y lo sacaron por la fuerza de su puesto y su país. A partir de ese momento, se ha dedicado a viajar por el continente llamando, de manera intersticial, a la sublevación y la violencia. Zelaya debería poder concluir su mandato, pero el fin no justifica los medios y sus acciones y declaraciones, tanto en pijamas como con sombrero, comprometen la paz social de Honduras. A Micheletti y su combo golpista, les falló el cálculo político, supusieron que asociando a Zelaya con Chávez; USA y otros aliados los respaldarían, pero no, con la institucionalidad no se juega; y sus actos, por más que estén acuerpados internamente, riñen con la democracia y el buen juicio. En Zelaya y Micheletti, la perseverancia se tiñe de terquedad.
Tercero. Lance Armstrong. El mítico ciclista texano volvió en el 2009 a la competencia para relanzar su llamado a la lucha contra el cáncer y, de paso, devolver el brillo al ciclismo. Tres y medio años de retiro, casi 38 años a cuestas, clavícula quebrada hace unos meses y su conocida batalla personal contra el cáncer, no le impidieron estar en el podio en París. Tercer lugar en la general, es cierto, pero absolutamente fascinante conociendo todos los ingredientes comentados y el contexto de su equipo en este año. Su causa es infatigable y desinteresada, Lance no necesita demostrar nada deportivamente, pero el fuego interno es avasallador. Ha constituido un nuevo equipo para el año 2010 y asegura que volverá, con 39 años, más fuerte que nunca a competir en ciclismo, atletismo y triatlón. ¿Alguien se atreve a descartarlo del escaño más alto en los Campos Elíseos el próximo año? Lance es perseverancia vestida de gloria y heroísmo.

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